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12.6.14


Hace un par de semanas nos comenzamos nuestro verano con un corto viaje a Barcelona. Hacía 8 años que no íbamos juntos y ya nos apetecía volver. Siempre se lo digo a G. pero si tuviera que elegir un momento especial, no tendría ninguna duda y me quedaría con la tarde que pasamos hace tantos años en el pabellón de Mies Van der Rohe. No puedo decir que hiciéramos nada, allí no se hace nada, tan sólo "se está" y eso hicimos nosotros, estar durante un par horas allí... Y siempre he querido regresar a esa sensación... 

Os dejo con unas imágenes del viaje: no pueden ser todas, pero todas son un resumen de: 
Primavera Sound, desayuno en el Cometa, paseos por las calles, librería Calders, comida en Casa Ponsa, negronis y gimlets en el Dry Martini, hacer cola en el Ramen, bikini en el Taranná, vermut de Morrofi, gildas y patatas con salsa, caracoles en Can Lluis, Cacaolat en la Granja Viader, visita a Nido de Abeja, vistas desde la Pedrera, helado y pabellón. Y un montón de pasos que no contamos que nos los quedamos debajo de nuestras suelas... Para regresar, siempre para volver a lo bueno...

4 comentarios:

  1. Qué bonitas fotos! A Barcelona siempre apetece volver...

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  2. Jajaja...resumen, comer, beber y pasear. Las vacaciones ideales. Sigue disfrutando.
    Yo tengo pendiente volver también. Tuve una amiga viviendo en Gracia y todavía recuerdo las noches de verano en la terraza del piso H, con la ciudad abierta...simplemente escuchando hablar al barrio.

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  3. Bonitas las fotos y tus palabras, me alegro mucho de que conserves tan buenos recuerdos de ese lugar, al final esas son las cosas importantes de la vida ;)

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